Nos vemos en Sierra Nevada

Comenzamos por un recorrido al hotel Meliá “Sol y Nieve” (4*), fuimos atendidos por la directora comercial, una persona amable y muy dinámica. El “Sol y Nieve” es un hotel que sólo abre mientras esté abierta la estación de esquí, le han hecho unas reformas importantes en algunas áreas aunque también han conservado otras de la época de los sesenta. Visitamos varios tipos de habitaciones, algunas de ellas con unas vistas encantadoras. El hotel está muy bien ubicado (justo frente a la estación de autobuses) y tiene muchos servicios en su entorno. Algo novedoso que aprendí es que existe un área “level”, destinado a clientes muy especiales a los que se le da una atención personalizada a todo nivel, incluso tienen su propia área de recepción para cuidar más los detalles del chekin
El hotel ofrece 258 habitaciones, y en la recepción central cuentan con un jefe de recepción y dos recepcionistas, aparte, en la zona level hay dos recepcionistas. En cuanto a prestaciones tienen sala de reuniones, de fiestas, bar, guardería, gimnasio, Spa, aparcamiento.
Me dio “envidia sana” de los que trabajan allí, noté que están contentos de servir al público y disfrutan su trabajo, te lo trasmiten con gestos y sonrisas.
Luego fuimos a la oficina de atención de quejas y reclamaciones y recibimos algunos consejos del chico encargado. En resumen algo que aunque es fácil decirlo a veces es difícil en la práctica: ponerse en el lugar del cliente, entender su requerimiento, y si tiene razón, hacer todo lo posible para enmendarlo.
Conocimos más acerca de las prestaciones y servicios que tiene Sierra Nevada (taquillas, centros de clases de esquí, restaurantes y sitios de comida rápida, albergues, áreas de esquí según grado de dificultad, etc.).
Luego subimos a Borreguiles, donde la pasamos estupendamente, fue un rato de fotos y diversión.
Noté un personal de atención a público bien escogido: gente guapa pero con halo de simpatía natural, (hay gente guapa que no lo tiene), incluso los trabajadores del área de mantenimiento se mostraban simpáticos. Nos enteramos que hubo un tiempo en que el personal del Sierra Nevada era todo lo contrario, porque cuando se tienen clientes cautivos, la simpatía “no es tan necesaria”…me alegro que haya cambiado esa filosofía.